INDEFENSIÓN APRENDIDA
Uno de los aspectos que más me interesó
del III Taller Regional con Especialistas de UGEL, en el grupo de Ciudadanía
fue el enfoque de Indefensión aprendida.
Soy un convencido de la importancia de la
aprobación social, para reforzar conductas por imitación (A. Bandura), y que
lamentablemente dicha aprobación y reconocimiento se orienta actualmente hacia
conductas violentas, sexualidad del comportamiento, exposición de lo íntimo,
incluso antivalores. Los pequeños imitarán entonces lo malo, lo negativo,
porque eso lo acepta la sociedad, lo reconoce y hasta lo resalta.
Sin embargo, el tema de indefensión, me
ayudó a dar una mirada complementaria a los compotamientos violentos,
especialmente en los jóvenes. El término Indefensión aprendida (Overmaier y
Seligman, 1967) hace referencia a como la exposición reiterada de un ser humano
a hechos negativos (dolor, carencias, angustias), en las cuales no encuentra
una solución o un mecanismo de reversión, lo llevan a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de
no poder hacer nada y no responder, a pesar que existen oportunidades reales de
cambiar la situación aversiva, evitando circunstancias desagradables o mediante
la obtención de recompensas positivas.
En términos de escuela,
especialmente de Violencia y Bullying, si un estudiante está expuesto a
situaciones violentas reiteradas en condición de víctima, y como docentes o
padres, no le prestamos la atención, ni le apoyamos a superar esta situación,
corre el riesgo de convertirse en una víctima tolerante con su propia
desgracia, sin reacción ante ella, llegará a creer que hasta ese destino es lo
que se merece.
Exploremos más sobre este
fenómeno psicológico y social. Es posible que ayudemos a evitar penas y
lamentos a un niño, niña o adolescente.
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