Streaming: reagrupamiento de
estudiantes
José García Minguillo
Esta práctica es diferente a la internacionalmente cuestionada selección académica para el ingreso de los estudiantes a una escuela o tracking (en el 2009, Chile prohibió la selección para ingreso de estudiantes en base a rendimiento académico en todas las escuelas que reciben fondos estatales) o al modelo alemán que determina orientaciones profesionales en la adolescencia. Lo que se pretende es formar grupos cuasi homogéneos con habilidades y ritmos de aprendizaje semejantes y que respondan mejor a las estrategias pedagógicas (antes llamadas técnicas de instrucción) de los docentes.
A favor de esta práctica se
señala que permite a los profesores adaptar y focalizar mejor sus métodos y
técnicas de enseñanza a las necesidades específicas de cada aula, con niveles
de exigencia y actividades de aprendizajes más homogéneos. Esta acción
beneficiaría a todos los estudiantes, a los que presentan alto desempeño como a
los de bajo desempeño, sin retrasos marcados de algunos estudiantes. Incluso
los de ritmos lentos –en algunas áreas– pueden sentirse motivados a ser más
participativos, sin el desaliento producido por el avance de sus compañeros más
talentosos de aula. Este es un factor subjetivo y emocional que si ha sido
estudiado (Collins & Gan, 2013), llegando algunos a concluir que es más
factible tener más amigos, cuando los grupos son más homogéneos (Gamoran,
1992).
Los opositores a este modelo,
lo consideran segregacionista, irrelevante para la mejora de los resultados
educativos y alentador de desigualdades futuras en el campo académico y
profesional (Ministerio de Educación de España, 2011). Sin embargo esta
afirmación, constituye una conclusión ligada a la diversidad étnica, racial y
cultural europea, con alta dosis de asilados, donde los docentes en muchas
escuelas tienen que educar dentro de individualidades socioculturales variadas
y se han ensayado escuelas para inmigrantes o cuotas de matrícula para diversas
minorías. También sostienen los riesgos del “efecto de pares”: a mayor
rendimiento académico de los compañeros, mejor desempeño del estudiante y, por
tanto, el agrupamiento tendría efectos positivos sobre los estudiante de alto
desempeño y efectos negativos sobre aquellos estudiante de bajo desempeño
(Sicilia, 2015).
Lo cierto es que son pocos
los estudios en América Latina sobre el tracking y streaming y su influencia en
el aprendizaje. Lo estudiado, generalmente está centrado en la calidad docente,
la gestión y liderazgo directivo, y la extensión de la jornada escolar
(Sevilla, 2015), llevándonos a confirmar que ninguna mejora de aprendizajes es
determinada solo por el agrupamiento de estudiantes, sino en el inciden los
aprendizajes esperados y los tipos de contenido, las estrategias de aprendizaje
y las expectativas de los docentes. Es decir lo que sucede en el núcleo
pedagógico (Sevilla, 2015), como diría Elmore[2] y que involucra el rol
docente, el rol del estudiante y lo que realmente hace en el aula. Por ello, no
sorprende que el estudio de Collins y Gan, concluyó que la mayor atención de
los profesores a las aulas con estudiantes de menor resultado académico previo,
logra compensar los efectos negativos que se produce al privar a estos
estudiantes de tener compañeros de clase con altos rendimientos.
Un riesgo de la
redistribución aplicada es la polarización del currículo ejecutado, pues los
docentes podrían reducir sus expectativas en las aulas de estudiantes con menor
rendimiento en el año previo (Hallinan, 1994). Otro riesgo es que los
docentes no flexibilicen sus estrategias pedagógicas en atención a las aulas
con distintos niveles o intereses educativos. Ello llevaría a los mismos
resultados académicos de los años anteriores.
En consecuencia, debemos
revisar permanentemente nuestra práctica pedagógica y los responsables de la
gestión escolar estar atentos y evaluar tanto los desempeños como los
resultados académicos.
Referencias bibliográficas:
Collins, C. A., & Gan, L. (2013). Does Sorting Students Improve Scores? An Analysis of Class Composition. Documento de Trabajo N° 18848. Oficina Nacional de
Investigación Económica. Recuperado de: http://www.nber.org/papers/w18848.pdf
Gamoran, A. (1992). The Variable Effects of High School
Tracking. Artículo
en American Sociological
Review. Vol. 57(6): 812-818. Diciembre.
Recuperado de: http://dx.doi.org/10.2307/2096125
Hallinan, M. (1994). Tracking: From Theory to Practice. Sociology of Education, 67(2), 79-84. Recuperado de:
http://www.jstor.org/stable/2112697?seq=1#page_scan_tab_contents
Ministerio de Educación de España. (2011). Actuaciones de éxito en las escuelas europeas. Colección Estudios CREADE Nº 9. Barcelona: España.
Sevilla, P. (2015). Agrupación
de estudiantes según rendimiento académico: ¿Afecta el núcleo pedagógico?. Cuadernos de Investigación Educativa. Vol. 7, Núm. 1 (2016). Recuperado de: https://doi.org/10.18861/cied.2016.7.1.2578
Sicilia, G. (2015). ¿El orden de
los factores altera el producto? Los efectos del agrupamiento sobre el
rendimiento académico. Recuperado de: http://blog.educalab.es/inee/2015/02/05/el-orden-de-los-factores-altera-el-producto-los-efectos-del-agrupamiento-sobre-el-rendimiento-academico/
[1] Es diferente al
tracking, que consiste en el agrupamiento de estudiantes por rendimiento
académico en determinados colegios (v.g. los COAR). Esta separación antes de
los 16 años de edad, no es recomendada en Europa.
[2] Richard Elmore, docente
de la universidad de Hardvard, Estados Unidos, ha dedicado largos años a la
investigación educacional.
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